
EDUCAR EN
Realmente este tipo de iniciativas dejan perplejo a más de uno y, como primera reacción para hallar una justificación a este despropósito, es preguntarnos si es que existe una necesidad en ciertos sectores por fomentar esta clase de espectáculos entre los jóvenes. Si la hay, es quizá porque los gustos de los jóvenes de hoy no van por esos derroteros. En ese caso, debido a la falta de demanda, se hace perentorio crearla.
Puede así deducirse que es necesario para los sectores implicados, generar más atención por parte de los jóvenes hacia este tipo de espectáculos, pues organizarlos en un futuro próximo podría dejar de ser rentable; por ello se ofrecen gratuitamente todas las entradas para esta nueva “actividad extraescolar”.
Está claro que en lo que respecta a la consideración y al respeto por los animales, es obvio que aquí nos encontramos con una trivialización o banalización de la crueldad, pues a base de machacar por todos los medios con grandes frases y expresiones grandilocuentes, se va imponiendo por la vía de lo subliminal la idea de que las corridas de toros, las novilladas o las becerradas son espectáculos, que por habérseles otorgado un supuesto carácter cultural o artístico, pueden y deben formar parte de nuestro ocio sin ningún tipo de escrúpulo.
Parece inconcebible que desde instancias oficiales se facilite con tanta ligereza la promoción de espectáculos crueles donde corre la sangre y que están basados en la tortura de un animal hasta su muerte agónica. Son espectáculos que a la mayoría de españoles les repugnan por bárbaros y retrógrados, sin embargo ahora se incluyen directamente como una actividad más en los centros educativos, dirigidos a los alumnos de los institutos de enseñanza secundaria.
En lugar de pensar en incluir alguna vez el respeto a la naturaleza y a los animales en los planes de enseñanza; en lugar de legislar a favor de la protección animal, tenemos que contemplar cómo se promueven políticas que lo único que hacen es fomentar los instintos más bajos, como es regocijarse con la forma en que se da muerte a un noble animal.
La Delegación de Educación debería controlar más los programas de actividades extraescolares, así como el Ayuntamiento podría emplear mejor su tiempo y el dinero de todos en promover otro tipo de enseñanzas que eduquen de verdad, pues es una verdadera bajeza moral educar a nuestros jóvenes en la crueldad.
2 comentarios:
Bueno Carmen, tu análisis me parece magnífico. No se por qué no hemos enviado este texto, mucho más reflexivo que el exabrupto que me salió. Te prometo visitarte aquí siempre que pueda. Un Saludo cordial. Eduardo.
Un poco para practicar estos enlaces, te comento que estamos recibiendo respuestas de algunos institutos de Sevilla. Lamentablemente son a cual más penosas. Del tipo de "te quies i ya" o "que sepas que pienso seguir defendiendo la FIESTA NACIONAL". ¡Cuanto queda por hacer! Lo más preocupante como profesor es que me consta que muchas veces se pica en ofertas como las de Pagés por simple inercia, sin apenas reflexionar sobre las repercusiones de ciertas actividades como ésta en la formación de los alumnos. Espero que algunos compañeros se lo tomen como un recordatorio de la responsabilidad que tienen como educadores.Saludos Eduardo
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