20 de noviembre de 2013

EN EL DÍA UNIVERSAL DEL NIÑO



Hoy celebramos el Día Universal del Niño, cuyos derechos están recogidos en legislaciones de países europeos como España, que en su Ley de Educación, 2/2006 de 3 de mayo, en su Título Preliminar, Cap I, Art. 2, letra e) reconoce como uno de sus fines:” La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos, así como la adquisición de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente, en particular al valor de los espacios forestales y el desarrollo sostenible.”

Denunciamos aquí la política que se viene poniendo en práctica por el Gobierno español en los últimos años y con la que se está incrementando ex profeso la educación de los niños en la crueldad con los animales. Nos referimos a la creación y fomento de escuelas taurinas y al empleo de todo tipo de actividades  para promover la tauromaquia entre los niños como concursos, visitas a plazas de toros, clases de toreo de salón, novilladas como actividad extraescolar y especialmente, la retransmisión de espectáculos taurinos en horario de protección infantil.

No existe mayor involución que disfrazar de valores educativos la enseñanza en la falta de compasión y la indiferencia ante el sufrimiento y el dolor ajenos, y más si se trata de animales, los seres más indefensos. Pretendemos educar a los niños en conductas de igualdad y contrarias a la violencia de género, pero realmente con políticas como éstas, lo que estamos consiguiendo es infundir el efecto contrario.

Becerros, novillos, vaquillas y toros siguen siendo masacrados cruelmente bajo ríos de sangre como espectáculo público en lo que haciendo un paralelismo con la terminología, debería llamarse nuestra “Vergüenza Nacional”.

Podemos afirmar que los Defensores del Menor creados en todas las Comunidades Autónomas para defender los derechos de los niños, no son otra cosa que figuras decorativas  porque ante las miles de quejas ciudadanas sobre este aspecto,  siguen emitiendo respuestas vagas, contradictorias o directamente continúan inhibiéndose de la tramitación de las mismas, cerrando así la vía para poder llegar a cada Parlamento.

 
El descenso imparable y en picado de “aficionados” a la tauromaquia no puede ser motivo para arremeter contra los principios más elementales de  la enseñanza de los niños españoles. Pretender solucionar los problemas de un negocio en decadencia tampoco justifica que se pase por alto y se banalice en qué y cómo estamos educando en los centros de enseñanza. Ninguna bandera puede enarbolarse para poder introducir la violencia del espectáculo taurino en las escuelas.

Por eso, en el Día Universal del Niño queremos hacer un llamamiento para que dejen de educar a los niños en la crueldad.