21 de diciembre de 2008

ANTE LAS PRÓXIMAS FIESTAS DE NAVIDAD.

Todos conocemos la tendencia actual de hacer compras compulsivas cuando llegan las fechas de Navidad, siendo los animales uno de los objetivos de estas compras para ser entregados como regalos. Muchos de los animales que son abandonados en Pascua o en el verano han sido antes cachorros que se han regalado en Navidad o Reyes a los niños, sin embargo, cuando han crecido demasiado o dan más trabajo del esperado, acaban siendo abandonados por sus propietarios, que no ven a ese animal con derechos propios.
Es necesario hacer entender a todos las consecuencias nefastas que tiene la moda de regalar animales como mascotas a los niños.
En primer lugar, los animales requieren una serie de cuidados y atenciones que precisan de una decisión meditada previa a su llegada al hogar, además de ser conscientes de que uno se va a hacer responsable de ese ser vivo durante al menos diez o quince años, que es la media de vida de los animales de compañía. El cachorro crece y ya no es tan pequeño como al principio, por lo que ocupa más espacio y además requiere cada vez más atenciones. En muchas ocasiones nos cansamos de sus paseos diarios, las visitas al veterinario, hacer cumplir sus normas de higiene; otras veces, se les hace objeto de un problema de alergia, ruídos, molestias a los vecinos etc, con lo cual el destino final de la mascota es la calle, con todos los horrores que conlleva para el animal y después, para terminar, la perrera, donde si no tiene suerte de ser adoptado, será sacrificado en poco tiempo.

En caso de tener claro que se quiere compartir la vida con un animal, antes de recurrir y promover la compra-venta, la alternativa más adecuada es intentar dar una oportunidad a todos esos animales abandonados que subsisten en las perreras , a todos los que están acogidos en las protectoras y procurar adoptarlos para darles el hogar que necesitan.

En Navidad, también podemos contribuir al respeto por la vida de los animales, seres que sienten como nosotros, que nos acompañan y que viven a nuestro lado proporcionando paz y tranquilidad a las personas que convivimos con ellos.