15 de enero de 2013

SOBRE EL NUEVO ESTOQUE DE FIBRA DE CARBONO O DE CÓMO TORTURAR MÁS CÓMODAMENTE Y MEJOR.

 Reproduzco aquí el excelente artículo del activista por los derechos de los animales Julio Ortega , al que por su innegable maestría en el lenguaje escrito, es merecedor del verdadero título de Magister o Maestro, tan pisoteado y denostado por los aficionados a la taurotortura.
Fuente: 
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/94472/i-d-i-para-la-tortura-de-animales



I+D+I para la tortura de animales. Ingenieros y euros al servicio de matadores



Yo era piloto de aviones (y sigo siendo pasajero). Conocer que hay empresas con departamentos de I+D+ì orientados a investigar para introducir mejoras en el sector de la aeronáutica me llena de satisfacción y tranquilidad. ¿Saben por qué? Porque además de por el bien de la rapidez en el transporte, de la economía o de la comodidad, es por el bien de la seguridad. Dedicar recursos a algo así, por encima de todo, salva vidas.

Carbures, una empresa que fabrica piezas de fibra de carbono para la aviación, en concreto para el constructor de aeronaves Airbus, ha destinado personal y dinero para llevar a cabo un proyecto I+D+i cuyo resultado final ha sido aligerar el estaquillador (palo donde se monta la muleta) y la espada de los matadores de toros, dotándola de mayor flexibilidad y resistencia a la rotura en un proceso denominado “carbonización”.




tauromaquia

Como activista por los derechos de los animales y como ser humano esa noticia me produce asco y vergüenza. ¿Saben por qué? Porque tanto ingeniero, presupuesto y tiempo serán por el bien de la tortura y la muerte. Servirán para facilitar una costumbre sangrienta y violenta. Todos nos alegramos de que la estructura de un avión sea más ligera porque su consumo será menor, o de que tenga más resistencia a la fatiga de material, pero, ¿se sentirán dichosos los toros porque la espada que atraviese sus pulmones y los ahogue en su sangre pese menos y no se rompa?.

El matador José María Manzanares, que ya utiliza tan moderno artefacto para matar en sus faenas, afirmó en la presentación que con este nuevo material su toreo se acerca más a la naturalidad y le evita lesiones en la muñeca. ¿Qué tiene de natural torturar a un animal?, ¿qué convertir eso en un espectáculo público, también para los niños, y dotarlo de subvenciones? Le molestan sus lesiones de muñeca… Las heridas del toro son mortales torero, ¡¡mortales!!.

Terrible y aberrante que haya empresas preocupadas por la ergonomía del puesto de ¿trabajo? de verdugos que acaban con la vida de víctimas inocentes, y repugnante que nos lo quieran explicar como un feliz avance de la ciencia, cuando no es más que la técnica y el dinero puestos al servicio de la brutalidad y de la ignorancia que muchos se empeñan en perpetuar.

A Henry Ford, productor de camiones para los nazis y conocido antisemita, se le otorgó en 1938 la más alta condecoración aria para extranjeros: la Gran Cruz del Águila Alemana. Carlos Guillén, Presidente de Carbures, ya tiene la gratitud de los toreros. No sabemos si además, como Joaquín Sabina, recibirá de premio un capote manchado con la sangre de alguno de los toros que, gracias a él, ahora sufrirán y morirán sin que a su asesino le duela la muñeca.

6 de enero de 2013

¿PATRÓN DE TOREROS?




Desde la Antigüedad coronaciones, nombramientos, decisiones importantes de gobierno han buscado la bendición de la Iglesia para darles un carácter solemne, sagrado y también de incontestabilidad.
Quedan reminiscencias de esta conjunción o simbiosis político-religiosa en muchas manifestaciones de la sociedad actual, y una de ellas, puede rastrearse en la tauromaquia.
Un claro ejemplo de ello lo tenemos en el hecho curioso o sorprendente de que el “gremio” de toreros tenga nombrado un santo patrón.
Fue en los años 50 cuando el grupo taurino del Sindicato Nacional del Espectáculo solicitó al obispado de León un patronazgo religioso para la práctica del toreo. Así, se nombró en 1951 a un religioso de la orden franciscana, San Pedro Regalado, patrón de toreros. Al menos se presentaron dos candidaturas: un santo de León, San Juan de Sahagún y San Pedro de Valladolid. Y ¿cuáles eran los méritos aducidos para semejante nombramiento? Pues, sencillamente, que según la leyenda, los dos religiosos realizaron milagros donde intervenían sendos toros. La cuestión se decantó por el santo Regalado pues la propuesta había partido de un vallisoletano.
Cuentan las crónicas, escritas a partir del siglo XVII, en época de su beatificación, la vida ascética, de dura penitencia y en la pobreza más extrema que llevó San Pedro - no en vano fue un santo reformador de la orden- y los milagros que realizó.
El milagro que principalmente nos atañe es el que hizo el santo fraile un día que acompañado por otro monje se desplazaba a otro monasterio. Parece ser que en el camino irrumpió de pronto un toro que escapaba de la plaza de Valladolid, donde se celebraba una corrida por ser las fiestas. El toro tenía banderillas clavadas en su cuerpo y había sido picado, “agarrocheado y herido”, por lo que corría desesperado por el camino perseguido por gente a caballo y a pie. El Santo lo detuvo presentándole su báculo y diciendo “¡detente!”, le desprendió las banderillas que tenía clavadas, lo bendijo, y el toro, “amansado” por S. Pedro, se fue al campo.
Años más tarde el Ayuntamiento de Valladolid crea un trofeo taurino que lleva su nombre y se le hace además patrón de las fiestas de la ciudad, que entre otros, se celebran con festejos taurinos.
Resulta curioso que sea el elegido un fraile de una orden mendicante como la franciscana, cuyo santo fundador, San Francisco de Asís, fue gran amante de los animales y defensor de la Naturaleza. Si profundizamos en las propiedades del milagro, es evidente la contradicción, pues posiblemente S. Pedro Regalado estaría hoy del lado de los antitaurinos, ya que si atendemos al relato, nuestro santo se mostró misericordioso con el animal: “Halagole el santo, quitole con suavidad los hierros que le ofendían, y echándole la bendición, le mandó se fuese”…es decir, le curó las heridas y lo trató dulcemente. ¿Cómo es posible entonces que se le haya hecho adalid de una práctica llena de crueldad y sanguinaria con los animales?
Resulta más, por el hecho de que S. Pedro Regalado renovó los preceptos de su Orden entre otras cosas, manifestándose explícitamente en contra de recibir dinero, que no fuera estrictamente para los actos litúrgicos, aspecto que en absoluto es coherente con la polémica generada este verano contra la decisión del ayuntamiento de Valladolid que ha destinado 180.000 euros a  las novilladas de la feria y cuyo alcalde afirmó que “los toros son cultura y hay que subvencionarlos”, declarando que la subvención tenía dos objetivos, uno es favorecer la afición a la fiesta entre los menores y otro promocionar a “los nuevos valores”.
Asimismo, choca que sean los Hermanos de la Cruz Blanca, de la misma orden franciscana, la que periódicamente organiza corridas de toros en varias ciudades, con la asistencia incluso de alguno de sus miembros, y con el consabido pretexto de recaudar ingresos para fines benéficos.
Hoy, cuando existen multitud de asociaciones en España en defensa de los animales, cuando es evidente la falta de interés por los espectáculos taurinos y son continuas las manifestaciones en la calle por el respeto a los animales, llama la atención que la Iglesia no se haya pronunciado en contra de estos patronazgos de sus santos, que creemos ponen en entredicho su doctrina y al mismo tiempo nos recuerdan las costumbres relajadas y materialistas que precisamente quiso reformar S. Pedro Regalado hace ya más de medio milenio.